Entre más vivo aquí, más me quiero quedar


Hoy cumplo un año de haber llegado a Montreal. No celebré. Me la he pasado entre estudiando y hablando con gente que quiero, que me importa. Ahora toca escribir.

Aquí aprendí de qué estoy hecha. Es decir, en los momentos difíciles es cuando de verdad notas qué tantos cojones tienes en la vida, qué tanto aguantas, qué tanto superas y qué tanto te superas.

El conteo de historias es largo:
me han hospitalizado
he sido secretaria
he sido mesera
he ido a la cárcel (a visitar a alguien)
me he desenamorado
me he enamorado
me he despedido de gente que no volveré a ver, y a uno de ellos le hice la maleta y le regalé la mía porque él ya no tenía
he sido la mejor de mis cursos de francés
he pasado las 12 del 31 de diciembre sola en un vagón del metro (pero iba para una fiesta)
he quedado varada en medio de la nada con mi mudanza en la van y tuve que dejar el carro tirado y buscar mis cosas dos días después
he renunciado a cosas que amo
me he hecho adicta a otras que siempre he odiado
he aprendido francés
he ido al Circo del Sol
me han aceptado en McGill
he soñado más
y he mandado a la mierda las cosas que no sirven.

He hecho amigas de México, de Quebec y de Vancouver
he conocido a un ninja y a un negro que me dijo que le gustaba que lo viera a los ojos porque normalmente las mujeres lo miraban directo al paquete
he viajado 4 horas en avión en el mismo país (sin audífonos)
he hecho un road trip de 11 horas
mi hermana mayor me ha visitado
he conocido 4 ciudades aparte de Montreal
he aprendido a amar el pop y bailarlo mentalmente mientras voy en el metro con mi iPod
he tomado Prozac y pastillas para dormir
me he emborrachado
he decidido no tomar por largos periodos de tiempo
me he engordado
me he adelgazado
y me ha crecido el pelo.

Me he dado cuenta de que prefiero el invierno al calor infernal del verano
he conocido culturas muy distintas, como la musulmana, que cuando se casan, la fiesta es solo de mujeres y sin alcohol
he leído novelas de Mary Higgins Clark en inglés
he leído El Espectador y El Tiempo más que cuando estaba en Colombia
he dado pésames y palabras de aliento a seres amados por teléfono y amigas mías en Colombia han quedado embarazadas
me he dado cuenta de que me gusta el helado cuando hace frío y el chocholate blanco con coco cuando hace calor
me ha salido más celulitis
y me he comprado maquillajes Clarins y Sephora.

Me he dado cuenta de que los costeños son costeños y de Montería para abajo todos son cachacos
he notado que nadie pelea con una sonrisa
pero he asimilado que tener el diente frío se presta para malos entendidos
y que una mujer sola a los 30 debe ser casi que agresiva para que la respeten.

He leído a Fogwill y no fue fácil
me he portado muy mal
me he portado muy bien
me he dado cuenta de que nada es blanco o negro y que no hay leyes absolutas
he visto que los mejores consejos que doy no los aplico
y he llegado a la conclusión que la vida, aparte de injusta, es como el francés: hay más excepciones que reglas.

Eso sí, no se necesita un conteo ni un año aquí para darme cuenta de que lo que más extraño no está conmigo. Tampoco lo necesito para darme cuenta de que mis amigos son pocos pero son más que valiosos.

Pero de aquí no me quiero ir.

Y lo tenía que escribir.

Un Comentario

  1. Blanco, Jorge Luis

    Un beso, cuídate.

    Atentamente,

    Jorge Luis Blanco Cuenca

    Ingeniero de Empaques Estructural y Grafico

    Smurfit Kappa Cartón de Colombia

    Planta de Corrugado – Barranquilla

    Tel Dir. 373 45 18 – Cel. 310 60 11 332

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